Anonadado. Así me he quedado después de ver Ciudad de Dios. Este film brasileiro me ha hecho recordar que vivo en un barrio no demasiado tranquilo, o por lo menos, no tanto como yo quisiera. Cabe destacar de la película cuatro elementos en torno a los que gira la trama argumental: la pobreza; de la cual desemboca el segundo punto, la delincuencia, la droga y el cuarto no tan en la línea de los anteriores pero no menos importante, la fotografía.
Basada en hechos reales, narra la vida, o mejor dicho la manera de sobrevivir de la gente en una favela de Brasil. La violencia y la muerte es algo cotidiano para sus vidas. La droga es el único negocio existente para ellos. El día a día es todo un infierno y despertar vivo a la mañana siguiente es lo único importante. Una historia realmente cruda y amarga, tan amarga como la vida misma y que en aquel lugar del mundo se eleva a la enésima potencia.
La nota de color se refleja en el narrador de la película. Un chico honrado y tranquilo que, rodeado de toda la miseria en su mas amplio significado, trata no ya solo de sobrevivir, sino de alejarse de esa forma de vida e intentar llegar a ser algo en el futuro. Su ilusión: ser fotógrafo.
Como dije al principio he visto cosas en ella que yo mismo he vivido (y vivo). No se puede comparar, lo sé. Ciudad de Dios es un caso extremo de decadencia y abandono pero muchos barrios de Sevilla, entre ellos el mío, están abandonados a su suerte. La incultura es motivo de orgullo, la droga ya es algo normal y cotidiano y la delincuencia florece cada vez mas y a mayor velocidad. De hecho emergen de los barrios nuevas clases sociales, como los canis o niñatos, que vayan a donde vayan siempre llevaran la etiqueta de delincuentes. ¿En que desembocará todo esto?
Nada que pueda narrar en pocas palabras. O se vive, o se hace una película de ello. Así ha hecho Fernando Meirelles, el director. Yo, de mientras, ahorrare para una cámara de fotos en condiciones para algún día retratar el lugar de donde vengo y no olvidarlo jamás.
Escrito por Jesuli a las 1 de Agosto 2004 a las 10:35 PMQuizás sea más acusado ahí, pero tienes razón, la miseria está a la vuelta de la esquina. Y la gente con ganas también.
Escrito por Bo Peep a las 2 de Agosto 2004 a las 06:23 PM